VOLVO Y GEELY RENUNCIARON A SU PROYECTO DE FUSIÓN.

En febrero de 2020, Volvo y Geely anunciaron sus planes para fusionar sus actividades con el objetivo de crear un “grupo internacional” en el mercado del automóvil. Sin embargo, desde Geely han comunicado que no se producirá una fusión total con Volvo, debido a que no se ha podido llegar a un acuerdo con los accionistas de ambas partes, pero sí se estrecharán lazos para el desarrollo de nuevas tecnologías.
“Volvo Cars y Geely Auto han acordado una amplia colaboración que maximizará los puntos fuertes” de ambos, pero conservarán “sus actuales estructuras de empresa diferenciadas”, apuntaron en un comunicado conjunto.
Pues bien, la cuestión radica en que los inversores de Geely querían llevarse una parte proporcionalmente más grande del pastel, algo que ni Volvo ni el Gobierno sueco habrían aceptado. Y es que Suecia tiene una participación indirecta en Volvo (no como Francia en Renault y Peugeot) a través de los fondos de inversión soberanos AP Fund, AMF y Folksam.

A pesar de que Suecia fue el primer país occidental en establecer relaciones con China, que es su mayor socio comercial, Volvo es una seña de identidad para el país, y no está dispuesto a renunciar a ella.
El CEO de Volvo, Hakan Samuelsson, se ha mostrado partidario de esta decisión: «Una fusión no siempre es positiva. Se corre el riesgo de perder impulso porque hay demasiado enfoque interno», ha dicho en declaraciones recogidas por Bloomberg.
A pesar de que no habrá fusión, los fabricantes mantendrán sus estructuras corporativas separadas a la vez que cooperan más estrechamente en sistemas de transmisión, electrificación y tecnología de conducción autónoma, según un comunicado conjunto.
Estos avances podrán ser utilizados por otras marcas de la familia Geely, incluidas la británica Lotus, la malaya Proton y la china Lynk & Co, que es copropiedad de Volvo y Geely.
Redacción: Jineth Alejandra Sanjuán Rincón